¿Por qué es necesario un buen desayuno antes de ir al trabajo?

19.04.2022

 

Como en la mayoría de los temas relacionados con la salud y los hábitos saludables, seguro que hemos oído hablar de la necesidad o conveniencia de hacer un buen desayuno antes de empezar nuestras actividades diarias. Nos han dicho muchas veces que no podemos salir de casa con prisa y habiendo puesto únicamente un café en el estómago. Pero ¿nos han explicado por qué razón?

 

Durante la noche, nuestro cuerpo no está parado. Es un período de tiempo durante el cual aprovecha el reposo para regenerar y restablecer todo lo que hemos utilizado durante la jornada anterior. Tanto con respecto al desgaste físico, muscular y fisiológico como a nivel intelectual. Por tanto, durante la noche, durante el descanso, el cuerpo ha estado trabajando al reparar los tejidos, los órganos, los niveles de sangre, etc. para poder realizar las actividades del día.

 

Este hecho, sumado a la necesidad de aportar los nutrientes adecuados al cuerpo y al cerebro –uno de los órganos que gasta más glucógeno para funcionar –para que puedan llevar a cabo sus actividades con normalidad y salud, hacen necesario ingerir un desayuno equilibrado y saludable antes de ir al trabajo o iniciar las actividades diarias.

 

¿Y es necesario, aunque el trabajo sea sedentario? ¡Pues sí! Tal y como hemos dicho, el cerebro es uno de los órganos que más glucógeno gasta para tener un buen funcionamiento. Este buen funcionamiento incluye la capacidad de concentración, el autocontrol, la relación con los/las compañeros/as de trabajo, con los/las superiores o con los clientes/as.

 

El glucógeno, explicado de forma muy sencilla, es la gasolina que obtenemos de los alimentos después de todo un proceso de transformación y que nos sirve para tener la energía necesaria para todas nuestras actividades.

 

De este modo, si no desayunamos de manera correcta, no tendremos la energía suficiente para la elaboración de las tareas diarias, no tendremos capacidad de concentración o esta no será la adecuada, nuestra relación con el entorno no será buena y tendremos una capacidad de autocontrol mermada.

 

 

Por otra parte, ¿qué le pasará a nuestro cuerpo si no hacemos un buen desayuno después del descanso nocturno? ¿Y si, por ejemplo, nos levantamos, bebemos un café y vamos hacia el trabajo sin haber ingerido nada más?

 

Lo más probable es que en las primeras horas en el trabajo nuestro rendimiento sea bajo, nos sentimos cansados ​​o poco recuperados después de la noche y que el día se nos haga una montaña. Por otro lado, llegaremos a media mañana con mucho apetito, demasiado, y difícil de controlar. En estos momentos el cuerpo nos pedirá grasas y, seguramente, caeremos en la tentación de comer algo poco saludable: bollería, un bocadillo demasiado grande, beber refrescos azucarados o poner demasiado azúcar en el café o en el té.

 

Esta ingesta reproducirá en nuestro cuerpo una fuerte subida de azúcar contra la que nuestro páncreas deberá actuar para equilibrar los valores y si el desayuno ha sido muy copioso tendremos el sistema digestivo trabajando a todo rendimiento desactivando otros sistemas que necesitamos para trabajar con todas las capacidades. Cuando este pico de azúcar baje, nuestro cuerpo vuelve a sentirse débil y vulnerable y volvemos a perder las capacidades de concentración y de trabajo en general.

 

No desayunar de forma adecuada también beneficia al hecho de picar entre horas y, generalmente, no precisamente snacks saludables, y de forma desequilibrada.

 

 

¿Cómo hacer un desayuno saludable y equilibrado?

 

Que se diga que hay que hacer un buen desayuno no significa que tengamos que llenarnos, sino que debemos aportar al cuerpo aquellos nutrientes que nos ofrecerán la buena energía para llevar a cabo todas las actividades de la mañana.

 

Un desayuno debe estar compuesto por: una pieza de fruta u hortaliza –mejor la pieza entera que un zumo, aunque sea natural –una proporción de hidratos de carbono, ya sea a través de tostadas integrales, cereales integrales sin azúcar, porridge, etc., proteína vegetal, como bebida de soja o avena, un yogur, patés vegetales, crema de cacahuete, tajín o animal –aunque es mucho mejor evitar los embutidos o restringirlos a días especiales –y una parte de hidratación ya sea con café o infusión.

 

Y a media mañana, para quien tenga un poco de hambre, se puede hacer un pequeño refrigerio con un bocadillo integral pequeño, un puñado de frutos secos, una barrita de cereales sin azúcar, una pieza de fruta, un yogur y una buena hidratación.

 

 

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Artículo de Anna Comet i Pascua