¿Cómo afrontar una jornada laboral de 8 horas sentados/as en una silla delante del ordenador o colocados/as en una máquina sin cambiar demasiado de movimientos?
Sabemos que este estilo de vida sedentario no es el más adecuado y no paramos de sentir que debemos cambiar de hábitos y tener una vida más activa, pero en muchas ocasiones, los trabajos y el ritmo diario, familiar y personal nos lo pone un poco difícil.
Las principales consecuencias de movernos poco o de pasar muchas horas en una misma posición, generalmente, sentados/as o de pie frente a una máquina, son las lesiones músculo-esqueléticas de las que se derivan dolores de espalda, dolores de cabeza, inflamación en la zona del codo o de la muñeca, entre otros.
Si dejamos de lado lo que entenderíamos por ideal (realizar actividad física tanto a nivel cardiovascular, como potenciar la musculatura y hacer estiramientos un mínimo de dos a tres días a la semana), que ya sabemos que a menudo es complicado, sí que podemos llevar a cabo una serie de ejercicios que, hechos con cierta regularidad y sin necesidad de destinar demasiado tiempo, nos pueden ayudar a combatir estas molestias.
Podemos dividir estos ejercicios en dos grupos: por un lado, unos ejercicios que podemos realizar al inicio para preparar el cuerpo para aquellas 8 horas que pasaremos en la posición concreta y, por otro lado, ejercicios o acciones que podemos realizar en el mismo puesto de trabajo cada cierto tiempo.
Todos ellos van destinados a realizar cambios de posición momentáneos ya “mimar” aquella musculatura y articulaciones que se ven más afectadas, por lo que iría bien llegar a hacerlos de forma regular.
¿QUÉ EJERCICIOS PODEMOS HACER PARA EMPEZAR?
Empezaremos por los ejercicios que podemos llevar a cabo antes de nuestra jornada laboral. Estos ejercicios también nos ayudarán a activarnos y nos predispondrán por el trabajo. Se trata de ejercicios sencillos de calentamiento y movilidad de las diferentes partes del cuerpo. No hace falta que le dediquemos más de 5 minutos cada día antes de empezar y los podemos hacer en el mismo sitio donde trabajamos:
Nos pondremos de pie y empezaremos a mover, de cabeza a los pies, cada una de las articulaciones principales, siempre con movimientos suaves y sin forzar ningún gesto. La sensación debe ser placentera, no deberíamos sentir dolor al hacerlo.
Podemos empezar los primeros días haciendo 5 movimientos de cada e ir aumentando hasta 15 con el paso de las semanas. ¡Ya estamos listos para empezar la jornada laboral!
¿QUÉ PUEDO HACER MIENTRAS TRABAJO?
Durante las 8 horas que estaremos sentados/as o con la posición que proceda recomendamos lo siguiente (que iría bien hacerlo cada 60 o 90 minutos):
- Levantarnos de la silla o del puesto de trabajo y andar un poco, ya sea para ir al baño, para ir a buscar un vaso de agua o, si tenemos la oportunidad, subir y bajar unas escaleras. Si podemos estar un par de minutos en movimiento, sería ideal.
- Haremos breves estiramientos generales: de la zona cervical, de la espalda y de las piernas. Cada estiramiento lo podemos realizar durante unos 10 o 15 segundos.
- Otros ejercicios que podemos llevar a cabo son flexiones de piernas para activar los cuádriceps y los glúteos. Podemos empezar por hacer 5 repeticiones e ir aumentando hasta 15 con el paso del tiempo.
ES IMPORTANTE COGER LA RUTINA DE MOVERNOS
Son ejercicios muy simples que no requieren demasiado tiempo, pero que nos ofrecen un bienestar y prevención de futuros problemas, ya que nuestro cuerpo no está diseñado para pasar tantas horas en una misma posición y mucho menos con inactividad. La musculatura y las articulaciones están pensadas para estar en movimiento y es por esta razón que hay tantas lesiones músculo-esqueléticas en el ámbito laboral: por falta de movimiento y por pasar tantas horas en una misma posición.
Es importante recordar que estos ejercicios no pueden sustituir los hábitos saludables y ni mucho menos podemos hacerlos pensando que estamos cumpliendo una actividad física para prevenir muchas enfermedades como la diabetes tipo II, la obesidad u otras enfermedades coronarias, pero sí que nos pueden ayudar a mantener estructura músculo-esquelética en mejor estado o con menos deterioro.
Hay que tener presente que estos ejercicios son genéricos y pensados para aquellas personas que no sufren ningún tipo de patología. En caso de que algún/a trabajador/a sufra algún tipo de afección específica, es importante que consulte con un/a especialista si los puede llevar a cabo de forma segura y saludable.
¿Nos animamos?