La imagen y valores de una empresa se transmiten de muchas formas diferentes (a través del discurso de la misma empresa, los resultados, y más). Sin embargo, la gente es cada vez más escéptica a los discursos corporativos y dan más importancia a lo que la gente dice de las empresas y sus acciones. Aquí entra el employer branding, el método que trabaja y cuida la manera en que perciben la empresa sus prescriptores más directos: los trabajadores y trabajadoras.
¿Qué significa?
El employer branding son una serie de acciones dirigidas a los trabajadores/as para cuidar la imagen que la empresa proyecta como "marca empleadora." Así pues, se incide mucho en la situación y clima laboral de la compañía y cómo estos promueven y demuestran los valores de la marca.
Hasta hace unos años este concepto solo se imaginaba en grandes multinacionales porque quizá parecía algo difícil de llevar a cabo. Sin embargo, esta idea se ha ido esparciendo sobre todo a través de start-ups hasta ser cada vez más común en diferentes empresas. Y es que para llevar a cabo el employer branding no importa el tamaño de la empresa.
Como se puede ver, aunque sea un anglicismo, esta palabra está muy arraigada en el entorno de los recursos humanos de todo el mundo.
¿Qué beneficios tiene?
Los beneficios del employer branding son tan internos como externos porque con las acciones internas se refuerza el mensaje que se quiere transmitir fuera de la empresa. De esta forma se consigue:
¿Cómo se aplica?
Es importante que las acciones estén alineadas con los valores e imagen de la empresa, además del feedback de los trabajadores y trabajadoras, a fin de conseguir crear un clima laboral positivo que traspase el espacio de trabajo. Algunos ejemplos:
Sin embargo, la lista de cosas para aplicar el employer branding a una empresa es infinita. Lo más recomendable es ir en una misma dirección tanto con el discurso como con las acciones y encontrar aquellas actividades que más reforzarán la imagen de la empresa, ¡pero también con las que el equipo disfrutará más!