Si algo hemos aprendido estos últimos 12 meses es que el cambio es una constante en nuestras vidas. La situación de pandemia que domina nuestro día a día desde el pasado mas de marzo del 2020 ha forzado que nos encontramos en una realidad totalmente nueva para los habitantes del s.XXI, la distanciamiento física y social.
Ciertamente, la digitalización nos ha permitido seguir trabajando y no entrar en colapso como sociedad, además, el aislamiento ha estado imprescindible para la preservación de la salud de las personas e intentar frenar y superar la pandemia.
Por los que tenemos suerte de ir a la oficina, la “nueva normalidad” ha sustituido las reuniones de cafetera por las comidas solitarias, y ha convertido las llamadas de zoom en uno de los pocos momentos en los que podemos reconocer las caras de las compañeras sin mascarilla.
A pesar de que no todo son malas noticias, puesto que a algunos el teletrabajo los ha descubierto maravillas, los expertos de la salud advierten que el distanciamiento social puede tener consecuencias importantes, tanto emocionales como físicas. El mundo profesional también se hace eco de las consecuencias de la distanciamiento y la pérdida de socialización.
Como bien decía Aristóteles al 300 A.C. “las personas somos seres sociales por naturaleza” y es por eso que encontrarnos en una situación de aislamiento, totalmente nueva para nosotros, puede ser muy difícil de gestionar a nivel emocional.
Emmanuel Lèvinas, filósofo Lituano del S. XX., propone que la única forma de entender la existencia y dar sentido en nuestras vidas es a través de “el otro”. No por convencionalismos sino porque es el que nos caracteriza a las personas; el sentido está en el frente a frente, en las relaciones humanas y en la ética. Es intrínseca en las personas la capacidad de observar el mundo desde la perspectiva de los otros, respetando y teniendo en consideración sus puntos de vista, sus intereses, valores y entendiendo sus prioridades, no dando por hecho que nuestra idiosincrasia.
Sin entrar en análisis filosóficos, hemos hecho una aproximación al pensamiento del filósofo para poner de relieve la importancia de sus palabras en este momento histórico, donde las nuevas tecnologías tendrán que estar a nuestro servicio para evitar el aislamiento, el individualismo y la soledad, incluso en el ámbito laboral. La tecnología, en general, tendrá que ser nuestra aliada para lograr este objetivo.
Desde aquí proponemos a empresas y personas, vosotros y yo, que busquemos con un anhelo sincero, transparente y de responsabilidad mutua, las fórmulas que nos permitan frenar el distanciamiento y recuperar el sentirnos cerca unas/unos de los/las otras. Solo tomando conciencia, juntos, cooperando y colaborando, las personas tendremos más oportunidades de construir un mundo mejor.
A buen seguro la tecnología nos ofrece y seguirá ofreciendo oportunidad únicas, y seguiremos siendo todos nosotros quienes decidiremos qué uso en queremos hacer de la misma, poniendo en el centro las personas, el respeto, la responsabilidad, la diversidad, el valor del ser humano. Solo así seremos capaces de construir un mundo mejor.