Aunque las mujeres han avanzado en muchos ámbitos, su presencia en posiciones de liderazgo sigue siendo un desafío pendiente en numerosos sectores laborales.
En el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, queremos dar visibilidad a la experiencia de mujeres que, con esfuerzo, determinación y visión, lideran equipos y proyectos dentro de nuestra organización.
A través de este testimonio, exploramos la trayectoria de Jorgina en un rol de liderazgo, cómo afronta los retos y qué consejos ofrece a las futuras generaciones de mujeres líderes.
¿Cuánto tiempo llevas en un rol de liderazgo? ¿En qué consiste?
Ocupo este rol desde el inicio de 2023. Mi rol, como el de cualquier persona que lidera un equipo, es inspirar, motivar y guiar al equipo hacia los objetivos. Se trata de influir de manera positiva en los demás, de generar confianza y fomentar un ambiente de colaboración. Mi objetivo es establecer metas claras, así como escuchar y tomar decisiones que beneficien el equipo y la empresa.
Se trata de transmitir valores y visión, identificar las fortalezas de cada persona del equipo y ayudarles a potenciarlas.
En definitiva, consiste en que cada miembro del equipo se sienta valorado/a y motivado/a a contribuir al proyecto con entusiasmo y compromiso, y ser una facilitadora para alcanzar los retos y objetivos marcados.
¿Has encontrado obstáculos en tu trayectoria hasta llegar a esta posición?
Creo firmemente que, cuando hay ganas, determinación y una buena colaboración, tanto por parte del equipo como de la organización, cualquier barrera puede superarse. Es fundamental mantener una mentalidad positiva y estar dispuestos/as a trabajar juntos/as para alcanzar los objetivos comunes. Cuando todos/as unimos esfuerzos, las dificultades se convierten en oportunidades de aprendizaje y crecimiento.
¿Qué consejo darías a otras mujeres que aspiran a un rol similar?
Mi consejo sería que crean en sí mismas y en sus capacidades. Es importante no tener miedo a salir de la zona de confort, asumir responsabilidades y aprender constantemente.
Además, es fundamental construir una red de apoyo sólida, rodearse de personas con valores afines y con las que puedas compartir conocimientos y experiencias. La colaboración es una herramienta poderosa, y compartir recursos y consejos puede ser clave para avanzar.
Por último, es importante no rendirse ante los obstáculos. Cada desafío es una oportunidad para crecer y demostrar la capacidad de superación. La pasión, el compromiso y la perseverancia son los elementos que marcan la diferencia.
El testimonio de Jorgina deja claro que la confianza, la colaboración y la determinación son esenciales para superar barreras, pero también que las organizaciones deben asumir un compromiso real para construir entornos inclusivos. El liderazgo femenino no debería ser visto como una excepción, sino como una parte natural de la estructura empresarial.
Si queremos avanzar hacia una sociedad más equitativa, es imprescindible que las empresas garanticen la igualdad de oportunidades en el acceso a posiciones de liderazgo, valorando el talento y el potencial por encima de cualquier otro factor.